Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

viernes, 11 de febrero de 2011

Preguntas cotidianas (TOMA 2)

–Lo escucho de nuevo… “tactac” ¿Alguien más lo siente?
–Yo creo que lo escucho, eh.
–No seas mentiroso – dijo un tercero, mientras lanzaba su mano al aire como menospreciando al resto de los comentarios.
–En serio...

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