Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

martes, 18 de mayo de 2010

ALGO de tanto y de vos.

Ya se cae porque hay demasiado de todo eso
tanto, tanto
como había de esos que ya no existen
pero había.

Y se rompía

Y todo se había roto,
ya estaba roto.

Pero caía de tu mano, de tu cara
de mi y de vos
brotaba como alegría pero con forma extraña
en el corazón de ellos.

Pero siempre se caía.
De todas formas, ahí estábamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario