Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

domingo, 9 de mayo de 2010

Vos y yo (capítulo XV)

XV





Por momentos pensó que se había callado lo suficiente, pero la respiración aún distorsionaba el sonido del teléfono.
Por momentos quería cortar el teléfono, volver a la cama y soñar de nuevo con finales felices (que no sabe bien si existen o no).
Por un delicado momento, acarició el teléfono.
















Las voces del dolor suenan prudentemente vacías…


¿No?

Creí que era obvio.

Era más fácil NO hablar


Me lleva a pensar que era mentira.





MENTIRA.

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