Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

sábado, 1 de mayo de 2010

Infancia

-No tiene sentido seguir pidiendo perdón, yo ya te perdoné, ya está. Vamos a otra cosa… ¿Tanto te tenés que callar? Ya te dije cómo va esto, somos poetas, y vos (tan inferior) tenés un agujero negro en el pecho, el mismo que vos construiste. Te tendrías que parecer más a mi, siempre lo voy a decir, las ideas no mueren, son héroes; vos en cambio te diste el gusto de preparar tu cementerio de elefantes, donde ideas grandes y conocimientos únicos mueren cuando empezás a hablar, cuando empezás a creerte todo lo que te rodea…

- ¿Qué hacés? ¿No te das cuenta que no sabe ni caminar y vos la hablás así? ¿Cuándo vas a madurar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario