Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

lunes, 15 de abril de 2013

Tu nombre

Tengo que decirte algo, pero no sé qué es. Siento tus ojos en mi mente desde que te conocí, y por alguna razón siempre los recuerdo. Tengo que decirte que tu mirada me perturba, me agrada, me asusta, me enloquece. Desequilibra mi universo, que ya era un desastre, pero se mantenía. Recorro senderos que nadie puede ver, conozco lo que pocos conocen, no necesito hablar con nadie para saber qué pasa, sólo siento lo que siento porque tengo que sentirlo.
Las palabras se acumulan en mi cabeza y se tropiezan cuando quiero hablarte. Es tu color, es tu mirada, es la sensación de saber de vos lo que ni vos misma sabías, es la extraña conección que no sé si deberíamos tener.
¿Cómo decirte todo lo que me pasa sin asustarte?
¿Cómo saber que me vas a entender?
Por la forma en la que pasan las cosas,
por el modo en el que sale el sol,
el silencio más profundo está en mi almohada
y los gritos se resbalan del colchón.
Sería mentirte no decirte todo esto
y una burla no aclararte la razón,
y es que bien sé que existe algo,
yo lo sé, hay algo en vos.

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