Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

martes, 16 de abril de 2013

Sentidos

Sería como decirte que cada paso, cada eslabón que unimos, fue una angustiosa libertad de palabras, no más que un sentido sin ser sentido, sin sentido, sin creerlo.
Te descubro a la mañana casi sin dormir, con algo de cielo entre tu pelo, y vestigios de sueños en tus ojitos cerrados. Te beso, te deseo, te digo al oído lo más obvio, despierto y sigo por extrañarte como siempre, como cada mañana de abril.

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