Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

miércoles, 17 de abril de 2013

Encontrarte fue como un sueño. Irreal, ebrio, desesperado por conocerte. Como encontrar lo que buscaba antes de tiempo, sin buscarte, solo encontrándote, mezclando un millón de sensaciones y proclamándote mía desde el principo.
Constante. Es atrevido dejarte de lado, fue muy triste que me dejes. Y ahora todo es obseno y asqueroso.
Me darías así un ratito de felicidad. Verte me alegra el alma, escucharte me fascina. ¿Te acordás cuando éramos novios? No fue tan malo como recordás, o al menos yo guardo los mejores recuerdos; y extrañarte es una forma sencilla de llorar y escribir, siempre util tu presencia. Busco tus ojos, siempre los busco, en las almohadas, en el subte, en mis recuerdos. Extraño creer que seguiríamos juntos siempre, ponerle nombre a nuestros hijos, y la modulación de tus labios diciendo que me amabas.
Y a veces siento que vos me dejaste, pero otras veces recuerdo que te forcé a que lo hicieras, que te mostré lo dulce que era estar sin mí. Ahora sólo quiero que sepas que todavía busco tus ojos, encontrarlos sería como un sueño.

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