Es común sentir la brisa o escuchar el último estornudo del colectivo. Es común comunicarse mediante abstractas palabras, mediante el brillo de nuestros ojos, mediante gestos irreales de manos inquietas, por sombras callejeras y entre paredes cerradas.
Es admirable el renacer de cada día, las sonrisas sin palpitar y el rocío en el verde pasto.
Es común sentir los ojos húmedos, y es cruel no querer curar esa gotera; a veces, uno pasa todo un día sin lagimar. Es normal que por no llorar cuando se debe, se cristalice la mirada para toda la vida.
Desilusión de cuatro sentidos
El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.
miércoles, 17 de abril de 2013
Lo normal.
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