Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

domingo, 21 de abril de 2013

Soberbia

El tiempo -le dije-, ese mismo que no existe, pasa para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario