Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

lunes, 13 de mayo de 2013

Seamos sinceros, ambos sabemos que ese beso no fue especial, no fue el primero, sólo fue el recuerdo de tantos besos entre tantas vidas. Fue un suspiro, una brisa de un recuerdo, un alivio a La memoria.

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