El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.
martes, 1 de marzo de 2011
Algunas verdades.
Actualmente esta es la única forma de hablarte. Más tarde te llamo, tal vez mañana.
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