Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

martes, 15 de octubre de 2013

Estrellas

La verdad es que lo que me gustaba de estar loco por vos era que escribía, que a cada rato necesitaba escribir, explicar lo que sentía al verte.
Hoy te conocí de nuevo mirando el soleado anochecer; del suelo florecen los dedos que la primavera cultivó. El otoño llega para marchitar el verano, el frío invierno me invita unos meses a vacacionar. Las oraciones son: entre confusas y misteriosas. Sólo podías mirarme y decir no siento lo mismo por vos. Te enseñé a atravesar paredes, y vos a cambio me mostraste el amanecer. Te juro, desde el lado más profundo del universo las garras me sostienen un par de días más antes de no ir. Y... ¿estabas destinada a amar por siempre? No lo sé, pero siempre tuviste que amanecer sudada para comprender que de los buenos cuentos se exprimen moralejas, y despés de cada pesadilla siempre se vuelve a despertar. Después de mirarte se encendía el mundo. Se encendía.

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