Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

domingo, 3 de abril de 2011

Después de todas las palabras

Y entre mis manos, palabras atrapadas. La simpatía de tu sencillez las había dejado ahí anoche, antes de que dejáramos de hablar. Entre vos y yo, ambos sabemos qué pasó realmente, ambos tenemos esa idea fija, esas ganas de ser más que el otro, de ser más que yo o vos misma.

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