Incluso tomé fragmentos de mi irrealidad y los usé como excusa para que me leyeras. Arranqué de mis manos las palabras que sentía al tocarte para volcarlas en alguna hoja de tu cuaderno que usabas para escribir tus notas, esas que escribías en el 152 mientras ibas a ningún lugar y se te ocurrían distintas formas para criticar a la gente con una retórica exquisita, pero aún así no me leíste.
Hoy es demasiado tarde como para salir a buscarte, demasiado tarde.
Camino, camino, camino. Los pasos de quien me siguen ya no se escuchan, tal vez porque yo te estoy persiguiendo a vos.
Escribime una canción, un poema con música. Dos o cuatro acordes, no más que eso, pero decime con quién estoy hablando.
Hoy es demasiado tarde como para salir a buscarte, demasiado tarde.
Camino, camino, camino. Los pasos de quien me siguen ya no se escuchan, tal vez porque yo te estoy persiguiendo a vos.
Escribime una canción, un poema con música. Dos o cuatro acordes, no más que eso, pero decime con quién estoy hablando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario