Desilusión de cuatro sentidos

El quinto se quedó durmiendo, y esperó a que lo despertasen para comenzar a romper su entorno. Así fue que ya no oyó, ya no escuchó, no olió, ni distingió más gustos... ahora sólo siente con sus manos lo que el tiempo le ofrece, y lo disfruta en carne propia.

viernes, 16 de julio de 2010

De historias, leyendas y cuentos cortos.

Era una mamá, una mamá gorda, una de esas con la cintura marcada, con la boca bien abierta, siempre dispuesta a comer. Tenía seis hijas, seis razones por las cuales podía vivir, o dejar de hacerlo.
Era una fantasía que movía montañas, que hacía que todos se enamoraran de ellas, de sus hijas, de su madre, de ellas, del estilo, de su cintura, de su gordura de su boca bien, bien abierta, de su música.
Era lo que todos esperaban, lo que el viento quería escuchar, y que más tarde empezó a silbar, lo que la gente conocía, y lo que otros descubrían; fue de quienes la amaron y ahora es de muchos, una mujer pretenciosa que sabe elegir a sus masajistas, a sus acariciadores, que quienes la desean, en verdad la utilizan para conquistar otras cosas… mujeres, personas, amistades, lugares, fama, sabiduría.
Ella se enamoró de vos. Algunos le dicen guitarra, otros prefieren renombrarlas, mandarlas, exigirles. Ellos quieren otras cosas, pero vos y ella saben bien lo que quieren, se quieren conocer, se quieren amar, se quieren tocar todo el día. Y ella t exige que la hagas gritar, que le pegues, que la abraces, la acaricies, la toques, la hagas ser guitarra. Por algo te eligió a vos.
Ella es mi amante, es amante de muchos de nosotros, de muchos amigos, es mujer conocida por varios, que pasó por las manos de todos, pero por algo VOS sos su pareja, y no nosotros.

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